domingo, 21 de julio de 2013

El tiempo

La diferencia de cada ser humano consiste en su relación con el tiempo. Hay quienes son puntuales o hay otros, como yo, que siempre llegamos tarde y no, no me refiero a sólo citas, fiestas también llego tarde a la vida de algunas personas o tal vez llego demasiado temprano.
La situación con el tiempo es meramente relativa y depende de cada uno como quien en un viaje se le pasan volando los días o una hora se vuelve interminable cuando se espera un resultado. 
Viví tres años contigo y sé que fue una vida a tu lado donde planeamos aniversarios, un matrimonio, nuestros hijos, las graduaciones, vivir juntos y te amé, nos amamos en esos años. 
Me enamoré de él en un minuto y huimos tres días de la terrible rutina y lo amé en tan sólo un momento y vivimos una historia de amor completa, sin lágrimas y sufrimiento. Nos dijimos adiós y no supe ni en qué momento; pero fue natural como la muerte de una rosa al tiempo. 
Lo conocí y hubo conexión infinita en las miradas y cada que nuestros cuerpos se encontraban ardían porque se complementaban. Aquello se acabó como quien apaga una fogata con una manguera de presión. 
El tiempo transcurre diferente para ti y para mí. En un segundo cabe toda una idea, en un minuto toda una vida. En una hora puede no haber nada o haber toda una historia, todo depende de cuánto deseemos vivirla…

sábado, 20 de julio de 2013

Daño a terceros

Y aquí nos encontramos dos tontos. Dos tontos que jamás se amaron. Dos tontos que siempre, como un destino inevitable y marcado, se han hecho daño.
Parece que jamás nos amamos y así construimos un reino de destrucción que heredamos como normalidad a nuestro alrededor: a nuestros amigos, a nuestra familia, a nosotros mismos… 
Fuimos dos sordos empeñándose en escribir sobre las paredes las heridas de un matrimonio fallido. 
O bien dos ciegos que desconocían las promesas, las caricias y golpeaban a puño cerrado sin piedad a quien estaba a su lado… 
Perdimos los sentidos… las promesas de amor, de cariño, de protección. Perdimos el amor, el norte, la pasión. Nos perdimos a nosotros mismos. 
Y ahora que te veo en silencio, en un tribunal, al fin me doy cuenta de la magnitud de los daños, la destrucción masiva, la herencia que dejamos a quienes más amamos, esa normalidad estúpida que repetirán nuestros hijos. No quiero eso… mientras escucho tu sentencia, me repito mentalmente que todo ha sido un mal sueño, una pesadilla que no ocurrió o que no se volverá a repetir. 
Fue un mal sueño, un mal sueño… un mal sueño… nada más. 

martes, 9 de julio de 2013

Desahogo

Hoy de verdad tengo mil ganas de sacar todo aquí porque ya no aguanto y me estreso y me deprimo. Ahorita tengo ganas de llorar, por ejemplo.
Sucede que tengo sentimientos encontrados al terminar mis prácticas de El Universal porque he crecido profesionalmente; pero me quedaré sin trabajo.
En casa las cosas no van del todo bien porque ya quieren que me vaya o nomás presionan para manejarme. 
Mi vida sentimental ahí va, a flote. Y cuando digo "a flote" es que ya me empieza a aburrir la situación en la que me encuentro, a la que le llamo "bipolaridad amorosa". Eso de ser "bi", en muchos sentidos, anda de moda. 
Quisiera comprarme algunas cosillas; pero "¡oh, sorpresa!" no tengo trabajo remunerado estable y me deprime. 
Voy asimilando los cambios. Ando de malas porque no he podido dormir bien. Siento que estoy subiendo de peso AKA me veo/siento gorda. Tengo ganas de llorar porque siento que me encuentro en desastrosa desarmonía. Descubrí que los tipos "guapos" no son lo mío, salen medio estúpidos. Temo aceptar que quiero una familia. Me estresa tener compromisos familiares y obligaciones con una niña, ahijada mía. No sé. Son tantas cosas. No he podido terminar un libro desde hace dos meses. Me da miedo ver sola una película de terror. Quiero ver Guerra Mundial Z, Monsters University y Mi villano favorito 2. Mi único consuelo es que pronto saldrá Wolverine en cartelera. 
Por cierto, me duele la nariz del golpe de ayer en box. Ya no tanto, pero duele. 
¿Quién soy?, ¿qué esperas de esto?, ¿qué esperas de aquello?, ¿tú cómo ves la situación?, ¿se dará algo?… y un larguísimo bla, bla, bla que en verdad me estresa y me pone de malas porque, por si no lo han notado, soy humana: imperfecta, sensible y con errores. No lo sé todo en esta vida y, a veces, menos de la mía. 
Quisiera un abrazo, ¿alguien? Chale, me siento fea… 
Mañana grabo podcast y la próxima semana me voy a Cuernavaca. El viernes cocinaré junto con Milton. Ya no me gusta P, me aburrió. 
En fin, ya me siento un poco mejor. Por el momento, creo que una de las cosas que tenemos en común es que nos gusta Benedetti. Y eso me gusta (como no tienes una idea). 

domingo, 7 de julio de 2013

Un sábado de gotcha

8:27 Suena el celular y yo voy en el taxi, muy cerca de la casa. Veo el celular y una llamada pérdida y un mensaje, "demonios", me digo. El mensaje es de un número desconocido; la llamada es de Pancho. Me llama el número desconocido, es Diana para preguntarme dónde nos quedamos de ver en Copilco, "del lado de Indios Verdes, afuera, por las unidades". Pancho llama para decirme que no irá porque se le fue la cabra y olvidó que tenía un paciente.
8:39 Pepe me llama para preguntarme dónde ando, "cerca, ya casi llego". Miento estoy a 20 minutos de ahí y en taxi. Le cambio el destino: "llévame a Copilco, por favor". Y el taxista se pone a platicar conmigo, me dice que encontró al amor de su vida y se casó hace un año, cosa que creyó no pasaría, es chef, tiene su negocio adicional al taxi. Me contó la historia, completa. Y yo le conté la mía: "no va para ningún lado eso", me insiste, "yo creo que puedes encontrar en otra persona lo que buscas, no esconder las cosas".
8:55 Al fin llego a Copilco. Primero busco a Diana, le llamo. La encuentro. Llamo a Pepe. Lo encuentro. Ya están Mariana, Perla, Jonathan. "¿Y Alexis?", pregunto.
9:00 Llamo a Alexis. Lo despierto o así suena. Aún bosteza, aún intenta incorporarse. "¿Qué pasa?, ¿todo bien? Sí, ¿ya vienes para acá? Sí, llegó en 10 minutos". Cuelgo. "Seguía dormido", les comparto a los demás  e imito su voz adormilada. "¿Y Milton?"
9:10 No llega Alexis ni Milton. Demonios, no tengo su número. Me llega un mensaje de Alexis: "Emiliano se tarda demasiado, so sorry. Vamos para allá". Yo creo que viene de rodillas.
9:17 Llega Milton en su moto.
9:30 Alexis y Emiliano al fin se estacionan junto a nosotros. "Ahora nos sobran coches", dice Pepe. Nos organizamos. Milton nos guía. Alexis va con Emiliano. Diana y yo con Pepe. Perla y Mariana van con Jonathan.
9:40 Al fin salimos.
10:20 Encontramos el lugar y entramos. Pepe y yo cantando a todo pulmón. Milton nos ve y sonríe. Emiliano se perdió y no tengo señal para llamar a Alexis. Todos hacemos escala en el baño, en lo que llegan; salimos y ya estamos todos juntos.
11:30 Empieza la diversión. Dos equipos. Mariana, Alexis, Pepe, Perla y Jonathan. Emiliano, Milton, Diana y yo.
Recibimos varios disparos en la primera jugada. Nada doloroso. Cambiamos de escenario. Empieza el juego. No veo nada sin mis lentes. Veo que alguien se acerca por el castillo y ¡bam, bam, bam, bam! Me dispara en el muslo, en la rodilla y en ambas manos. Grito. Comienzo a llorar. Levanto el arma. Y salgo. Termina el juego y sigo llorando. Me arde la pierna y me sangran levemente las manos. Es peor de lo que creí. Continúo en el juego, sin problemas. Me embarro de lodo oloroso extraño. Me disparan en la cabeza, en la careta. Las balas se acaban. Las risas y la adrenalina son lo mejor. No sé cuánto tiempo hemos jugado; pero siento que ha sido algo así como 15 minutos y que no fueron 3 mil balas sino 100 para cada quien. Algo muy corto. Me divertí pese al dolor.
13:30 Salimos del lugar rumbo a la casa de Milton. Otras dos llamadas perdidas de Pancho. No tengo señal.  Continuamos cantando Pepe y yo. También quería irme con Milton en la moto, vi el otro casco desde que salimos de Copilco. Y vamos risa y risa. Mientras suena "Mañana voy a conquistarla" de Gerardo Ortiz, vamos cante y cante...