jueves, 24 de mayo de 2018

Ser ama de casa ¿es no hacer nada?

Como muchos saben, he estado desempleada durante largo tiempo y en estos meses me he dedicado a hacer labores del hogar y, de vez en cuando, trabajé de forma freelance y estudiaba también inglés.
Hace unas semanas cuando iba rumbo a una entrevista de trabajo, el tipo del Uber soltó al aire que si ya iba al trabajo, le respondí "no, voy a una entrevista de trabajo", su reacción, supongo quiso hacerse el gracioso, fue decirme "¿entonces eres nini?". Me molesté y le dije que mientras encontraba trabajo me dedicaba a ser ama de casa y que estudiaba inglés.

Se calló un rato.

Luego, volvió a hablar tratando de ser más empático (spoiler: sin éxito) y me dijo: señorita, espero que pronto encuentre trabajo porque eso de no hacer nada, no está padre... lo interrumpí y le cuestioné "¿no hago nada? ¿Sabías que ser ama de casa es el trabajo más cansado y el que menos se remunera y menos se valora?", trató de componerle, pero ya no pudo y mejor se quedó callado lo que restó del camino.

Y así como el chófer del Uber hay muchas, muchísimas personas menospreciando el trabajo que hacen las trabajadoras del hogar (y los trabajadores también), pensando que no hacen nada, que sólo se quedan en casa, nomás cuidan a los niños; y creo que el hecho de que los demás vean que una está en casa es sinónimo de no hacer gran cosa, pero es la chamba más pesada (yo lo viví) y digo tampoco es como, por ejemplo, lo que hace mi mamá o mi suegra o sus mamás o nuestras abuelas que cuidaban hijos, la casa y no dejaban JAMÁS sucia la casa, diario lavaban trastes, barrían, trapeaban y cocinaban; yo me daba ciertas libertades (la verdad).

¿Por qué me enchiló tanto lo que me dijo el chófer? Porque acepté que mi labor es importante y porque me disgusta mucho que los demás me digan que sólo estoy en mi casa, pero no me preguntaron nunca qué tanto hacía; ahí sí les hubiera respondido: voy al mercado, hago de comer, lavo, guardo ropa, lavo trastes, barro y trapeo, escribo textos freelance, estudio inglés, SEO, escribo en mi blog, hago ejercicio, leo, voy a terapia y duermo.

No es nada fácil y, por eso, las mujeres que se dedican al 100% a ser amas de casa tienen toda mi admiración y respeto. Ustedes no menosprecien este trabajo está bien rudo (se los dice la voz de la experiencia). No sean ingratos.


jueves, 17 de mayo de 2018

El amor de mamá

(Sí, suena a slogan de suavizante para ropa, pero no va por ahí.)
Hace unas semanas, luego de una excursión familiar, una sobrina de cuatro años se quedó dormida plácidamente por el cansancio de correr de un lado a otro, haciendo amigos en la alberca y nadando como si no hubiera un mañana; todos estábamos igual. Pero cuando despertó se puso a llorar y no sabía ni por qué. Mi mamá la abrazó fuerte y la empezó a arrullar.

Con esa simple acción pude recordar cuando mi mamá hacía lo mismo para reconfortarme, pese a ya no caberle en los brazos; ella lo siguió haciendo hasta que me mudé de la casa y aún cuando voy a verla le pido que me acurruque igual o, de menos, disfruto abrazarla muchísimo.

Y por eso pienso que tal vez las mamás nunca dejan de vernos como los pequeños que una vez fuimos o quizá nosotros nunca olvidamos la seguridad que nos dan sus brazos, caricias y apapachos y sólo se me quedó grabado en la cabeza: qué bonito es el amor de mi mamá.