martes, 1 de noviembre de 2016

Adiós, doloroso octubre

Amo el último trimestre del año, hay frío, viento, hojas secas, puedo sacar mis suéteres (aunque no salga de los mismos), puedes cancelar compromisos a cambio de pasar todo el día en tu cama calientita, tomas té de sabores, hay pan de muertos, huele a cempasúchil, hay disfraces, Halloween, el crujir de las hojas bajo tus pies, pero...

Este octubre fue uno de los más difíciles emocionalmente en mi vida. Me la pasé transitando entre un estado anímico a otro sin césar, de la alegría a la tristeza, de la tristeza al enojo, del enojo al llanto, del llanto a la culpa, de la culpa a la soledad, de la soledad a recomponerme y volver a sentirme feliz. Difícil y muuuuuy cansado.

Y sí, fue el octubre más amargo de mi vida, no pude compartir mi alegría por esta época que tanto me gusta (al escribirlo me dan ganas de llorar) y me sentí tan sola porque no estuvo una persona importante en mi vida y debo tomar una decisión en este mes que inicia.

Debo admitirlo: me da miedo tomar la equivocada, pero octubre ya se fue y llegó noviembre con su nuevo aire, sus panes de muerto, las visitas de nuestros muertos, mi cumpleaños 27 (y sus invariables crisis).

Y ahora noviembre me susurra al oído: ¿tú qué quieres? 

...y creo saber la respuesta.

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