lunes, 17 de octubre de 2016

Vi Amèlie y cambié de opinión...

Luego de muchos años, casi 12 años que vi, por primera vez, la película Amélie me animé a verla porque un compañero del trabajo me conminó a que le diera una segunda oportunidad, "seguro te va a gustar si la miras con otros ojos". Así que me decidí.

Recuerdo que cuando la vi, por allá de mis 15 años, estaba enojada o algo traía porque estaba afectada de ánimo, harta no pude apreciar la historia y al contrario me desesperó la inocencia y el ir y venir de los personajes sin que nada, absolutamente nada se concretara nunca. El rostro de ella me dio miedo y el rostro de él no me dio buena espina. Lo cierto es que, acostumbrada a las películas típicas de amor hollywoodense, tampoco le entendí porque -para mi yo de entonces- ese amor no existía.



Pero. La vi hace ratito y qué bonita historia. O sea la forma en que ella se entromete en la vida de los demás para hacerles creer, tener esperanza y fe; darles alegría y, de paso, encontrar su propia felicidad, dejar de ser la chica del vaso y no dejar que su corazón se haga frágil como un esqueleto de cristal. ¡Me conmovió mucho!

En la Universidad me enamoré de todo su soundtrack y ni así pude darle una segunda oportunidad a la película, fui al concierto de Yann Tiersen y ni así se la di, todo mundo hablaba maravillas de ella y no, tampoco. Pero ahora le quise dar otro chance porque se vale y se lo ganó.


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No estás sobrevalorada, Amèlie, yo soy la pinche loca de corazón duro como piedra que no te supo apreciar en su momento.

Quizá algún día haga lo mismo con Cien años de soledad, algún día... cuando esté muerta.

2 comentarios:

  1. Jajajajajaja sí estás loca! Lo que la mayoría de la gente piensa no siempre es errado, es decir, sí, muchas cosas nacieron desde un punto de vista meramente mercadológico (marketing que le llaman los necios) pero hay otras cosas que son apreciadas por mucha, mucha gente porque en realidad lo merecen. Hace muchos años yo tenía la misma visión, odiaba ser parte de la 'borregada', ahora sé que yo puedo hacer mis propias críticas bajo mis propios parámetros, lo que me gusta a mí no tiene por qué gustarle a los demás, tan es así que tengo varios lados B. En fin, la idea no es convencerte de consumir lo cotidiano o afamado o sobre valorado (como Amelié o Cien Años de soledad) sino aprender a descubrir si quieres consumirlo y cuándo quieres consumirlo... para leer o ver alguna película que nos agrade (esto seguro que ya lo sabes), uno tiene que pasar por distintas experiencias para identificar todas las aristas de la historia.

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  2. Yo amo está película, para mí es completa una obra de arte, desde la fotografía, en sus colores en tonalidades pardas, la intervención del narrador, sus innovadoras animaciones, que desde mi punto de vista reflejan la forma en que la protagonista mira su "realidad", la música, y por qué no, la trama de la historia. Llega profundamente a mi corazón. Una joya desde mi muy personal punto de vista.

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