martes, 20 de septiembre de 2016

Yo soy tu jefa (o jefe, lo que quieran)

O del cómo se trepan a su tabique frágil y se marean. Ese tipo de personas, mujeres y hombres, creen que por tener una posición "alta" dentro de una empresa son intocables dentro y fuera de su pequeña burbuja, sin embargo a esas personas se les olvida que hay algo que se llama vida y que a veces da muchas vueltas: en ocasiones estamos arriba y en otras estamos abajo. 

Pero como se sienten con poder para darle cuello a alguien o humillarle o inventarle cosas que ni al caso o señalarle con dedo índice juzgador terrible, en su imaginario se crecen con pedantería, soberbia y, por supuesto, fragilidad. ¿Fragilidad? Claro, todos sabemos que quienes son así se sienten tan incompetentes que ven amenazas donde no las hay para después eliminarlas, si se puede de tajo qué mejor. 

Afortunadamente, la vida me ha dejado ver a dos personas muy mierdas conmigo cómo el karma se las aplicó y pude sonreírles amablemente, mentándoles la madre mentalmente (con mi profesor de mate de quinto de prepa sí fui grosera, como él lo fue conmigo). 

Yo lo que creo es que ese tipo de personas mierda, malvibrosas y jodonas algún día se topan con la horma de sus zapatos y sufrirán igual o más de lo que hicieron, pero ni así cambiarán porque bueeeeno... las perras no cambian.

1 comentario:

  1. Me pasó en un trabajo previo. Quien fuera mi jefe directo cayó de su puesto y yo subí unos dos. Y neta que se me antojaba hacerle la vida imposible, como él lo llegó a hacer conmigo. Pero no pude, no soy tan ojete. Igual se notaba su incomodidad cuando tenía que tratar conmigo. Y en mi trabajo actual tengo al jefe más humano y buen pedo que hay en la oficina.

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