lunes, 14 de septiembre de 2015

Mi cuerpo de dominio público

(Y no, no soy puta).
Ayer fui a almorzar barbacoa con mis papás y mi novio con Don Efrén, él tiene una hija de mi edad y ella ya tiene dos hijos. Resulta que, como hace mucho no lo hacía, me puse vestido, me dieron ganas y porque puedo y quiero decidí mostrar mis piernitas y que me diera un poco de sol o airecito, ya saben el bronceado...

Bueno, me comí creo que tres tacos (¿o fueron cuatro?). Después, mi novio y yo nos quedamos platicando y como nos estábamos aburriendo cual ostras decidimos ir a buscar una nieve de limón, que se me había antojado, pero no encontramos. Así que lo llevé a caminar por la colonia donde viví muchos años. Le mostré el kinder, la primaria y todo lo bonito que tuve y dejé ir (a mí me llevaron a vivir al cerro cuando tenía 11 *sniff*). Cuando regresamos, la chica de los dos hijos, Vero, me expresó su sentir más profundo de su ronco pecho: "ay, como que te ves "gordita", ¿no?".

Juajuajuajua... ¿y...?, pensé.

Me encogí de hombros y fui a buscar si había, aunque sea, una Solero de limón: sin éxito (estoy pinche salada). Y cuando regresé me volvió a decir lo mismo, le respondí que no me importaba.

"Uy, harías muy feliz a tu mamá...". Ahhhh... era ese "gordita" y como iba con el novio, claaaaaro... oooooooobviamente debía estar embarazada, pero no. Sólo estoy gorda y feliz. Soy una gorda feliz y enamorada.

La gente cree que tiene el derecho de criticar a una por su cuerpo, su forma de ser, su manera de actuar, vestir, reír, decidir o hasta por cuántos se ha cogido. Y no.

Caitlin Moran en Cómo ser mujer dice -no es el hilo negro- que el cuerpo femenino es de dominio público, siempre hay alguno o alguna metiche que se quiere entrometer en tu toma de decisiones, en tu actuar y tu forma de vivir.

Por ejemplo: es patético que a una, casi siempre, la estén chingando a cada rato con ¿y cuándo vas a tener hijos?, ¿cuándo el novio?, ya lo tienes: ¿pa' cuándo el bodorrio? y así hasta el infinito y más allá.

Cómo caga grrrrr...

Yo he dicho abiertamente que no deseo tener hijos. Me caen mal los niños y me alteran los nervios, por muy cruel que suene, no nací para limpiar babas, mocos, cacas, orina, vómito y oler a leche todo el tiempo, habrá a quien sí le parezca maravilloso. A mí no. Pero de lejitos y media hora -mientras no lloren- me parecen encantadores, más si están bien educados.

O el otro ejemplo. Cuando pasé a la universidad ante mi depresión mal pedo que tuve subí horrible de peso, al grado que llegué a los 80 kilos, me veía como bolita. Y la gente me decía que me veía mal así: gorda. Bajé de peso, porque me puse a dieta y aprendí a comer y blablablá y la gente: ¿estás enferma? No. Ay, entonces te ves muy bien. PUAJ. Volví a subir de peso: ay, te ves mejoradita. Perdí peso: te ves re bien así delgada, cuídate. PUAJ.

Pero. Como ya he aprendido a pasarme por el arco del triunfo sus maravillosos comentarios mal pederos de críticas sin sentido, ps los mando bieeeeen lejos.

No importa estar gorda (o si la gente cree que lo estoy). No importa si estoy flaca (o si la gente cree que me veo enferma o rete bien). Nah... una aprende a quererse y eso del peso -aunque es salud- también es pura vanidad: aprendí a comer y sé que nunca llegaré a los 50 kilos ni a tener muslos delgados ni cintura estrecha, mi cuerpo es cuervilíneo y así, señorxs criticonxs, me encanto.

Y si no les gusta, ya saben: ¡no estén chingando!

Por su atención gracias.

1 comentario:

  1. ¡Eso es todo señorita Cuervo! La gente no se cansará de meterse en la vida ajena, quizá envidia, quizá simple aburrición y ganas de joder. En mi muy particular experiencia, también sucede que si 'se te está haciendo cuerpo de señor', que si 'ya te estás quedando', que si 'seguro te gustan los hombres y por eso no nos presentas a ninguna chica', una maravillosa de parte de mi mamá 'me voy a morir y no voy a conocer a tus hijos'... es detestable que la gente te critique pero cuando es tu propia familia (todos los comentarios anteriores son experiencias familiares) es peor porque no se han tomado un minuto para intentar reflexionar respecto a tus propias decisiones, sus críticas las esconden en bromas pero al final siguen igual de filosas. En fin, no hacer caso a cuestionamientos ajenos es la mejor arma. Salud!

    ResponderEliminar