lunes, 27 de julio de 2015

De hombres con poca estima y mujeres ojetes (y viceversa)

Llevo  un par de semanas queriendo escribir sobre esto, principalmente porque un amigo, cuyo nombre no mencionaré, volvió con una morra que lo ha acogido en sus brazos, tirado, pateado, humillado, usado, pisoteado y volverlo a levantar con la promesa de que esta vez (ESTA VEZ) sí era la buena y volvían a ese círculo vicioso. Pero ps... ahí sigue.

Yo estaba enamorada de él hace un par de años. Y contrario a lo que puedan pensar: no, no estoy celosa porque esta con esta morra, siento lástima (sí, sé que no debo sentir eso, pero qué se le va a hacer, es lo único que me provoca) y un gran desencanto por él como persona, como amigo, como humano.

¿Por qué? Es simple. Ninguna persona merece mi respeto si no tiene respeto y dignidad consigo mismo. O sea, pueden hacer con su culo un papalote, me da igual; pero no tener autoestima y permitir ese tipo de actitudes, decepciona y encabrona. Como con otro amigo, que -de algún modo- ha perdido mi respeto y profundo amor luego del drama horrendo de su novia.

Esas personas (hombres y mujeres) me caen mal. Les detesto. No puedo concebir que... pues... se dejen pisotear así. Explico:

Este amigo, es un buen tipo, agradable e inteligente; pero amargado, con poca estima y pesimista en extremo. Cuando lo conocí en un elevador, de una chamba que tuve, me gustó. Empezamos a platicar por Whatsapp (pinche posmodernidad), nos gustamos; pero nunca tenía tiempo... ni dinero. Cosa que me hartó. Luego, en vista de los problemas densos que tuvimos en diferentes ocasiones y por distintas circunstancias, decidimos friendzonearnos, entonces nos contábamos de nuestros amoríos, problemas y demás.

Cuando me fui a Querétaro, en una de las plazas me paré a descansar, prendí mis datos y revisé los mensajes, él me estaba buscando. Decía que estaba tristísimo y que la vida no valía nada. Nos hablamos por teléfono y tuve que escuchar la misma historia de siempre: ella lo buscó, ahora sí las cosas iban a estar bien, había dejado "al otro", quería estar de nuevo con él porque lo amaba, uno-dos días estaban bien, luego venía la puñalada trapera, lo abandonaba y la historia se repetía. Él a punto de olvidarla y ella volvía.

Sé que ella es una maldita sin corazón porque conozco un par o dos de historias macabras en torno a su persona. De hecho, la vi recientemente y tiene esa mirada de loca que describen en How I met your mother y nada mejor para describirlo; tiene una vibra pesada y es una controladora de lo peor.

Lo bueno de toda historia es que al parecer se ve feliz. Lo malo es que sé que volverá a pasar lo mismo. Lo más jodido es que, muy probablemente, terminará maldiciéndose a sí mismo y "a su mala suerte", seguirá diciendo que "las mujeres son unas pinches ojetes y sin corazón", se tirará al drama y su autoestima quedará cada vez más y más lastimada y herida sin que él haga algo por ponerle freno.

Si saben de alguien así, al menos díganle que busque ayuda o algo, no es sano vivir así. A menos que le guste y sea adicto a sentir miserable de por vida.

Ah sí y también hay hombres que son unos ojetes. Ya saben hay de todo en la villita del señor...

No hay comentarios:

Publicar un comentario