A veces siento que no disfruto los días y que con tanta cosa electoral nomás veo la vida pasar, pero -curiosamente- me gusta. Extrañaba el estrés, la adrenalina, vivir así.
Pero, bueno… ya es junio. Yayayaya y siento que ni he hecho cosas que quería o tenía planeado hacer, es ahí cuando pienso que estoy jodida. Aunque también recapitulo y digo: vaya, tampoco estás rascándote el ombligo, sí has estado ocupada. (Ya saben cómo es una de exigente, azotada y perfeccionista).
Junio: mitad de año, mitad de precio. Temporada de lluvias y huracanes. Un año de que empecé a salir del bache. Un año con el cabello corto.
Junio me gusta porque huele a tierra mojada y porque me hace ojitos en sueños.
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