Desde que tengo memoria, siempre he sido antojadiza, lo mismo de platillos que de dulces o bebidas y lo digo con orgullo porque gracias a eso he creado sabores que sólo a mí me gustan, pero bien míos a fin de cuentas.
Por ejemplo: cuando era una mocosa de unos 8 años vi un comercial de mole Doña María donde salía cómo le espolvoreaban a unas enchiladas un poco de ajonjolí y yo empecé a babear como perro de Pavlov (bravo, publicistas, conmigo sí funcionan sus trucos mentales). Durante un rato le dije a mi mamá que se me habían antojado unas enchiladas y que las quería con mucha crema y ajonjolí, ella nomás me dio por mi lado porque ya era bien tarde y no iba a prepararme UNA enchilada solo para mí.
Me quedé dormida -con el antojo insatisfecho-, ya me había cansado de rogar por mis enchiladas, pero aunque estuviera dormida le pedía a mi mamá ese platillo, así que ocupó el único placebo disponible y, cual becerro pidiendo la teta de su madre, me dio un vaso de leche tibia. Y santo remedio. Me callé, me quedé dormida plácidamente y ella descansó de mi antojo. (No recuerdo si sí comí enchiladas luego de ese incidente…).
Entonces, lo mismo da si es esto o aquello siempre tengo antojo de algo. Bueno… casi diario, a veces ni hambre tengo.
La semana pasada me la pasé de antojos: de papitas, nueces de la india, helados, frijoles de la olla recién hechos, de cueritos, chicharrón preparado, fresas con crema y hoy que se me antojó cabronamente el agua de chía con limón (es que la vi en los Mason Jar que pienso comprar en Groupon)… sí, soy la mujer más antojadiza.
Cuando digo: ay, se me antoja "esto", todos me echan cara de "noooo maaaaameeeeeesssss" y viene la clásica: ¿no estarás embarazada? JAJAAJAJAJANSKDKENDJAJA (eso me dan ganas de responderles).
Y si los antojos son símbolo de embarazo (JAJAJAJAJNDKENDOSNAKAKJAJA) yo tengo 25 años engendrando mis antojos… yom, yom.
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