jueves, 30 de marzo de 2017

Festejo atascado de alitas

Ya empezaré a hablarles de las banalidades de mi vida. ¡Oh, sí!, que si hice esto o aquello, que si comí o allá o que me quiero pinches quejar de lo que sea también, ya debo retomar el rumbo de este blog y con ello las cosas vaciladoras (que ya no tanto, porque maduro como manzana de huerta) que le dieron vida a este rinconcito de oración y seres de luz descarriados.

Hoy fuimos a celebrar el cumple de Antonio, un diseñador que trabaja ahí en la agencia, a tres computadoras de mí; y nos fuimos a tragar alitas como si no hubiera un mañana. La cosa estuvo más o menos así:

- Nos fuimos lo más pronto posible de la agencia para alcanzar lugar y llegar -también- lo más pronto posible a nuestro rinconcito de trabajo.
- Armamos equipos. Sí, leyó bien, estimado lector, ¡equipos para pedir y comer alitas!
- Ahí, sólo ahí me di cuenta que somos un chingo, tipo unas 30 o 35 personas en esta bonita cuenta.



Bueno, mi equipo fue Brandon, Diego, Carlos y Mariana. Fuimos la escuadra ganadora porque no dejamos ni UNA alita viva y pedimos variadas para probar el mayor número de sabores posibles sin que fueran tan picosas porque #Gastritis y #LaEdad (#TíaCuervo).

También brindamos por Antonio, se la pasó bien y bonito, estuvieron hablando del prefestejo de mañana, que, al parecer, será en Zona Rosa porque la cerveza está bara-bara-barata.

El bebé suave, como le dice Aura, cumplirá años el sábado 1 de abril, pero como nos gusta la fiesta, la bebedera y la tragadera pos lo hicimos desde hoy jojojojo...

¡¡Feliz vuelta al sol, Antuancito, bebé soft!!


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