Convoqué a mis amigos al festejo en un karaoke, donde prácticamente unas dos horas fue mi fiesta privada porque no habían más mesas que la mía, así que la pasamos bien y cantamos bonito, echamos desmadre y bebimos sabroso.
Fueron los primos de Tola: Gabi y Ricardo, muy puntuales y divertidos ellos. Fabiola me regaló unos chocolates, Judith me dio una alcancía-puerquito verde muy artesanal (está ciega porque no tiene pintados los ojos, trabajamos en esa operación jojojo), Alonso me regaló el perfume Purr de Katy Perry que huele muy rico y el mejor regalo que recibí en este cumple y que es de MUCHA utilidad.
Todo iba muy bien, los niveles de alcohol se mantenían en los estándares normales hasta que pidieron -sospechosamente- un avión con 10 shots, de los cuales creo que me bebí cinco. Después de eso, ya pude ver a San Pedro en persona y sin pase VIP. Me puse mal pero bonito.
Canté mucho, abracé a mis amigos, reí con ellos y me dieron el bonito regalo de verlos en una fecha tan importante para mí como es mi cumple.
¡Hasta mi psicóloga me felicitó!
Al día siguiente la cruda me mataba y tenía un dolor tremendo de cuerpo, ¿por qué?, no lo sé. No recuerdo haber bailado tanto. Y nunca había bailado con JC, ésa fue nueva.
Todo fue bonito, amanecí con Guantes encima y en los brazos calientitos de Alonso, con un beso de buenos días y las felicitaciones de mis papás, mi mamá, mis amigos y gente chula que me quiere mucho.
El lunes en la agencia, fui a comer con Vane y las Marianas, me dieron un chocolate muy coqueto y una notita muy mona con buenos deseos.
El martes fui a comer con los chicos de Banamex, mi nuevo equipo de trabajo, fuimos a unos burritos bastante ricos y accesibles cerquita de División: debo probar los de mariscos. Ya me vi.
Así despedí a los 26 y le doy la bienvenida a los 27, ¿están cómodos? Porque este año estaré imparable trabajando para ser la mejor versión de mí misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario