domingo, 23 de agosto de 2015

Hace 10 años

Veamos... veamos... hace 10 años tenía 15 años, maravillosamente horribles, donde me sentía pachiche y una adolescente sin desarrollar porque... ¿dónde estaban las tetas grandes que te señalan en los libros de texto? Jamás llegaron. Ja ja ja ni falta que me hacían, ya me sentía miserable, de todas maneras. Era extraña y estaba en quinto año de preparatoria.



Aprendía a nadar en un Club Japonés cerca de Barranca del muerto, al que dejé de ir después porque resultó ser muy caro, así que no sé nadar de ranita ni en estilo mariposa. Bajé un poco de peso y me entró un poco de "anorexia" cuando entré al equipo de natación de la prepa: hacía ejercicio y más y más, pero no me daba hambre, cansancio sí, hambre no. También mucha sed. Cosas raras.

Estaba enamoradísima de un güey (que creí sería el padre de mis hijos jajaja ¡qué pendejada!). Sentía que era el amor de mi vida (NO), el hombre perfecto (NO) y un compa honesto (NO). Total que lo amaba con locura virginal de quien nunca ha sufrido una decepción amorosa (dos años más tarde me partió la madre y viví una relación tan traumática que me prometí no volver a tener una, así fue durante mucho tiempo) y es inocente y cree en el amor de Disney y considera que las promesas al aire son algo para toda la vida. Ésa era yo y así le quería.

Era muy insegura. Me sentía torpe e inocente. No fumaba. Tenía el cabello rojo y dejé de peinarme de coleta relamida. Ya usaba el cabello suelto. Cambié mis lentes por unos de pasta negra y cuadrados, muy monos (los traje como siete años, me gustaban mucho). Me encantaba escribir, pero odiaba leer.

Apenas empezaba a funcionar el Metrobús, línea 1.

Los trabajos contenían entre la bibliografía a Encarta (¡Encarta!), seguíamos usando discos de 3 y media, apenas unos cuantos privilegiados usaban CD's y USB ni pa' cuándo. El internet era muy malo, todavía te conectabas ocupando tu línea y haciendo el ruido típico de un módem de 56k, ocupábamos el Messenger para todo.


Apenas empezaban a salir celulares con cámara, que sacaba las fotos todas pixealadas y que nunca podías bajar como yo con mi Siemens (se fueron fotografías invaluables, como de Lany cuando era una cachorra y de mis amigos y noviecillos que de todos modos hubiera destruido en algún momento, como lo hice), ya había cámaras digitales con calidad baja.

El internet empezaba a entrar en celulares, pero era carísimo y se te iban 100 pesos en dos minutos de conexión. No había Wi-Fi. Aún mandábamos mensajes de texto y llamábamos cuando era urgente, pero un SMS siempre era más barato (¿cuánto costaban? Creo que como 50 centavos u 85).

Yo ni bebía y con dos vodkas me emborrachaba. Odiaba la cerveza. Y quería ser bióloga marina (la ilusión se me fue después en mis clases de biología cuando me di cuenta que no sabía usar el microscopio y odiaba los experimentos de ver bacterias y blablablabla). Empecé a usar mis playeras hippies, teñidas con caracolitos y playeras de bandas de rock, que ni sabía que existían porque yo era popera, pero me gustaba el metal, pero lo ocultaba porque qué oso, mis amigos escuchan puro pop, quién me iba a entender cuando les hablara de Metallica o Helloween o Nightwish o que había encontrado una nueva banda de death metal, no quería sentirme excluida, entonces dejé mis gustos del diablo por lo clásico rosa y mielero de cuatro pesos.


Hace 10 años usaba sudaderotas aunque hiciera calor porque se me daba la gana y tendía a la depresión. Tenía ganas de suicidarme, pero no tuve el valor o la cobardía. Las cosas en casa no iban muy bien, siempre discutía con mi madre. Me odiaba por ser gorda (aunque no lo estaba), odiaba mis estrías, propias de mi crecimiento rápido en la adolescencia y detestaba rasurarme las axilas cada dos días para estar perfecta aunque usara playeras con manga.

Era un caos bonito que no sabía ni qué pedo con su vida, pero sí en el amor (no es cierto, miento, tampoco lo sabía). No sabía nada de mi papá-papá y ni quería.

Tenía unos tenis-lancha de colores que me gustaban. Aprendí que la vida se dividía en grupos: japiponks, fresas, barra gay, ponks, del cubo, Yunta, metaleros, lagartijero, columna, luchadores, los de fútbol... y nunca encajé del todo. Pero la pasé bien.

Si tuviera la oportunidad de decirle a mi Yo de hace 10 años algo sería que fuera más feliz porque lo que se avecinaría dos años más tarde sería fatal y nos cambiaría la vida de forma radical. Que eso nos entristecería tanto que nos haríamos daño irremediablemente, pero que eso también sanaría, que se quisiera un poco más y creyera más en ella porque llegaríamos más lejos de lo que muchos pronosticaron. "Abraza más a la abuela", le diría sin dudar, dile a tu tío que lo quieres. Abraza más a mamá, algún día esas discusiones acabaran y aprende a boxear.
Y que pese a ser una bolita de inseguridades la quiero más que a nadie en el mundo.

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