miércoles, 8 de julio de 2015

Crónicas de transporte público

Nada más vacilador que viajar en transporte público. Siempre hay algo que decir (bueno o malo), que ver y nunca deja de sorprendernos. Pese a que es deficiente y podría ser mejorable, sin duda, no cambiaría mi medio de transporte. (También porque me siento en la onda sustentable. Eso y odio los coches).

En el camión se subió un señor dizque a cantarnos, pero puro choro mareador. Empezó a darnos una cátedra de por qué estamos jodidos en México. Y empezaba con la religión nos ha jodido, miren que los gringos venían de Inglaterra y EU (así dijo), eran nobles (ay ajá) que buscaban una oportunidad para dejar el reino y encontrar nuevas tierras. Ellos eran protestantes, adoraban a un dios Todopoderoso. En cambio, México era una sociedad de taparrabos, salvajes que adoraban piedras (¡P-I-E-D-R-A-S!) que no servían para nada, eran caníbales poco refinados. Eso nos ha jodido, ser siempre unos caníbales (¡C-A-N-Í-B-A-L-E-S!) que mataban al por mayor para hacer festines con carne humana y alimentar a sus familias, lo que nos convirtió en estúpidos… 

Mñé. Lo escuché un par de palabras; pero tanta pendejada me hizo enojar y mejor subí el volumen de mis audífonos para no escucharlo (prefería romperme los oídos que escuchar tanto malinchismo e ignorancia). Sólo tenía ganas de gritarle: ¡bájate, estúpido! Mejor me puse a leer mi libro y ser feliz con mi ensimismamiento. 

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También una vez el señor de las alegrías que lleva más de 10 años vendiendo gritando en los camiones: "Doradita, sabrosita, lleve su semillita de amaranto, una tres pesos, llévese dos en cinco pesos", siempre es la misma letanía desde hace 10 años (aún recuerdo cuando Gabriel y yo nos burlábamos de cómo gritaba el señor y lo imitábamos), bueno… este señor un sábado se trepó al camión estaba bien pero bieeeeen borracho y se sentó enfrente de mí, cuando de pronto se escuchó un goteo… sí se orinó en el asiento. Iugh. 
Mejor me cambié de lugar y así lo hizo como tres veces. Los pasajeros nos quedamos con cara de o_O WTF?! 

Se bajó en Barranca del muerto y ni se disculpó. Apenas si podía sostenerse. Cosas raras… 

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Al entrar al metro una señora me sonrío tan franca que hasta me llenó de buena vibra. Sus arrugas parecían sonreír también, aunque seria no aparentaba tanta edad una vez que sonreía se veía más grande. Dudo que eso le importase, le sonreía a todos. 

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Otra de las cosas que me molesta, además de los vendedores en camiones o vagones, son los niños. Ésos adorables seres de baba, moco y sentimiento. Ésos que lloran como si no hubiera mañana. Ésos que berrean como si en ello se les fuera la vida. ¿Y los papás? Sepa, es un misterio que nadie lo sabrá… 

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O las gordas o gordos que sienten/saben que ya NO caben, pero a huevo deben entrar en el asiento y aprietan la humanidad de una, como ahorita que escribo esto… ¡incomodísimo! 

La neta les diría me compraré un coche, pero soy bien mensa pa' la manejada, una histérica de lo peor y la peor bruja; además odio a los cochecentristas. Prefiero viajar en transporte es más económico y da material para escribir en este-su-blog-de-confianza. 

1 comentario:

  1. I feel you sistah, pinche transporte público, por su culpa nunca puedo deslumbrar a los demás Godínez con mis zapatos relucientes, pero uno ahorra mucho, y transfiere el stress de estar furioseando por ganar el mínimo espacio en los caminos, al conductor, tal vez por ello se vengan de nosotros poniendo música agropecuaria en sus unidades.

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