Mi corazón hace ¡guarf!

Hoy en la madrugada Ceci me envió una foto de la perrita que rescaté de las garras descuidadas de mi prima (sí, en realidad no me enorgullezco de tener a alguien sin corazón en mi familia) en Zumpango y traerla para acá fue toda una pachanga.

Cuando la encontré en el jardín de mi prima estaba amarrada, bajo el sol, entre la tierra y sin agua ni comida. Ella siempre la alimentaba cada que había huesos y a veces se le olvidaba. Me contó que su esposo la recogió de la carretera, asustada, nerviosa y desubicada. Seguramente alguien la aventó ahí a su suerte, malditos ¬¬. 

Sin embargo, como mi prima no tenía tiempo entre cuidar a su -descuidada- perra y mi sobrina, entonces le pareció bueeena idea (BbBbBbrillante) amarrarla en el sol. Y ahí se quedó un buen tiempo: bajo el sol, la lluvia, el aire, el frío, las moscas... entonces, planeé con mis papás traerme a la perrita porque me partió el corazón. 

Al mes siguiente ya tenía el plan, junto con el hermano de mi papá la bañamos, la cepillamos, la pusimos guapa y ella estaba contenta cuando la soltamos y nos pusimos a jugar con ella en el pasto. Los tres estábamos felices, bueno... la verdad, es que se volvió a ensuciar, pero meh, así la iba a traer. 

Subimos las maletas, me puse una cobija en las piernas, recosté a la perrita en mis muslos. Aún recuerdo que estaba emocionada. Mi prima se emocionó porque le iba a buscar un mejor hogar (el que ella no le supo dar) y me agradeció. En la carretera la pequeña café, cada que pasaba un camión o hacía mucho ruido se alteraba y me gané un par de rasguños en los brazos, lo único que hice fue cantarle (sí le canté con mi horrorosa voz) mientras la acariciaba para que se calmara y hasta se durmió la condenada :D. 

Llegamos al Defe, estuve esperando en el metrobús y en cuanto llegó el novio de Ceci por la perrita se la di, me despedí y ella se encargó de encontrarle una maravillosa casa, donde -me dice- se la pasa viajando y ayer que me pasó la foto la vi tan feliz, chiqueada y tan amada que me solté a llorar. Realmente, salvé una perrita divina de acabar muerta bajo los descuidos de mi prima. Salvarla me ha hecho feliz. 

****
Por cierto, ayer coqueteé con un chico de 19 años jajaja... es muy buena onda. Me sentí como una anciana cuando me dijo su edad #TíaCuervo.
Y conocí a Daniel del blogsísimo Sendas mentales, dense una vuelta.
****
A veces no sé si voy con el orto-pedicurista o voy con un carnicero, pero hoy no estuvo taaan gacho. Las plantillas han ayudado mucho a mi postura y a mi arco :3