jueves, 27 de noviembre de 2014

Nada de adopciones

Bueno, después de salir con Lu por primera vez, me animé a conocer a Sergio. Él es un chico un par de años mayor que yo, estudiante de ingeniería geofísica en la UNAM, regresó a vivir con sus padres, tiene el cabello largo y una perforación en la nariz, es delgado y un poco más alto que yo. Decidí salir con él porque me gustó su voz, una vez hablamos por celular y me agradó, ya en la cita me contó que había participado en podcasts y todo cobró sentido.

Aquel día antes de llegar con él, tuve problemas con el taxi que abordé, así que cambiamos el punto de encuentro y después caminamos a Ciudad Universitaria por eje 10, pasamos al Superama por unas cervezas y fuimos a beberlas cerca de la Facultad de Medicina, él fumó mota y bebió lo suficiente. Fuimos por uno de sus amigos chilenos y seguimos platicando, los tres.

Me cayó bien por dos razones muy sencillas: una, me gustó su compañía, era muy relajado y me hacía girar la ardilla y, dos, porque me hizo recordar mis épocas de estudiante cuando bebía cerveza "clandestinamente" en CU. Fue un rato divertido y simpático.

Días después me hizo una propuesta: sexo. No acepté.

****
Casi un mes después, quedé de verme con Diego, de quien escribí aquí. Hubo química, mucha química y entendimiento, era inteligente, coqueto, guapetón e independiente. Salimos un par de semanas todo porque yo la cagué (sí, sí lo acepto) porque publiqué un tweet donde puse que tenía un ligue chairo que me llamaba hipster y fresa. Debo aceptarlo: me cagaba esa actitud y postura de él, que me criticara, además de querer controlar mi tiempo.

Él quería que quedara con él, pero yo no estoy acostumbrada. Intento ser muy dueña de mi tiempo y acoplar tiempos con el otro, mas no que el otro me decida esos tiempos, eso nunca me ha gustado.

Este hombre, un día me hizo un drama porque se le "ocurrió" poner mi nombre en el buscador de Google y encontró "casualmente" mi cuenta de Twitter y se puso a leer mis tuits, me la hizo de jamón con queso, y pues yo andaba de fiesta con Caro, pero pues tuve que salirme a hablar como 20 minutos con él porque se enojó y entendí su enojo, la cagué feo. Aunque, creo, tampoco me merecía todas las cosas que me escribió.

Luego de hablar con él, a la mañana siguiente me mandó un mensaje de texto a mi celular donde me expuso que no quería volverme a ver eeeeen-la-viiiiida y pues cosas feas, bastante feas. Y pues... pasé al siguiente.

O sea, darme de baja de la página y adorar mi soledad. (Peeeero... no es del todo cierto).

****
Luego de Diego, conocí a otro Sergio, Aldo, Memo (pero platico con él por Skype porque vive en Saltillo) y platico con un par más que valen la pena por whatsapp o por Facebook. La neta, los demás me dan hueva y sólo entro por diversión y a pitorrearme. Y ya. Se acabó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario