viernes, 14 de septiembre de 2018

Nunca fui emo, ¿o sí?

Hace poco una historia en Instagram me hizo recordar que en 2007-2008 había un odio desmedido hacia los emos y yo, por esos años, me vestía con suetercitos de rayitas y pues me peinaba de raya de lado (como ahora, eso no ha cambiado) y sí escuchaba My Chemical Romance, pero no me quería cortar las venas, aunque sí estaba deprimida.

En fin.

En segundo semestre, mientras iba en el camión rumbo a mi casa en Mixcoac se subió un tipo con su novia (ojo: su novia, mujer), me ve y dice "mira, amor, una emo, vamos a matarla". La chava no dijo nada. Los pasajeros tampoco. Me aterré, no supe qué decirle porque iba sola y me asumí en una posición vulnerable, más porque vi videos de golpizas terribles a estos chavos y sentí miedo de que me fuera a hacer algo.

Todo el camino me acosó. Se puso exactamente detrás de mí y me iba golpeando con sus codos, hasta que le grité "¿qué te pasa, cabrón?". Su novia le pidió que me dejara en paz y la calló. Nefasto el tipo. Se calmó un poco luego de que le grité, pero cuando se bajó me gritó "pinche emo loca" y me mandó un beso. Creepy el asunto, les digo.

Luego de eso, dejé de usar mi suéter favorito y ya no me pinté los ojos tan negros y ya iba bien al tiro siempre que iba en la calle, una nunca sabe cuándo un cabrón loco/demente/culero va a salir con una pendejada y te querrá herir. Luego de eso me prometí jamás quedarme callada.

También me encontré esta foto de esos años y pues sí se ve mucho el estilo, pero eso no justifica NAAAAADA, NADA que por tu vestir te quieran matar, pero aquí estoy: viva y coleando.
*pone bracito luchón* (ja)

Y usaba las uñas laaaargas (naturales, por supuesto)

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