martes, 20 de marzo de 2012

Postal 3

¿Sabes? Hoy recordé los tiempos en que me alegraba de que llegara la primavera porque dejaba de ser una niña para convertirme en una mariposa, una florecita, un ave o una abeja, y eso me hacía muy feliz.
Aquí tenía cuatro años, fue mi último año en el jardín de niños. Dimos un paseo por la colonia, todos íbamos disfrazados de leoncitos, tigres, abejas, mariposas, hadas, solecitos o flores, ¡qué bonito es recordar esos días! Y los veo tan lejanos como si hubieran pasado más de cinco décadas…
En ese entonces, no me preocupaba el dinero, el status, el futuro ni el pasado; era feliz con vivir el presente, con ser lo que era. Es maravilloso ser niño; pero es aún mejor cuando eres una niña, eres delicada y dulce, y creo que a las niñas les sienta bien la primavera, les dibuja una linda sonrisa.
La miro y no me creo que sea yo. Era linda, ¿verdad? Anda, halágame. No. Halaga a la pequeña de la foto que fui alguna vez… 

lunes, 19 de marzo de 2012

miércoles, 14 de marzo de 2012

Fue un lunes



Me encantaría decirle que no deseaba besarlo; pero en todo caso, mentiría. Ayer, desde que puse mi cabeza en la almohada, no dejé de pensar, desear, besarlo.
Fantaseaba con el sabor de sus besos y el calor de sus caricias en el proceso.
Y es cierto, imaginar es muy frustrante; lo mejor es actuar.
No le voy a mentir, me sorprendió cuando respondió a mi "pregunta ligera", no me lo esperaba; sin embargo, me encantó. Algo se prendió.
Por alguna razón no me creía que usted se fijara en mí -chica extraña de mente rara-; pero besarlo hoy ha despertado una extraña pasión que en cualquier momento va a crecer, me va a quemar y no sabe cuánto lo voy a disfrutar.

Para un ave...
Texto escrito el lunes 14 de marzo de 2011. 

domingo, 4 de marzo de 2012

Postal 2

De música y primavera 


Te prometí esta postal, ¿lo recuerdas? Ximena tomaba fotos para una clase de la facultad. Yo sólo hice una pose figurando que volaba o bailaba y ella dijo que así estaba bien. Después tomó la foto. 
Es un momento de mi vida en el que me hubiera gustado conocerte, igual y no tendrías algún compromiso que nos impidiera estar juntos, tal vez no tendríamos nada o quizá hubiéramos dado ese paso que tanto nos atormenta. Creo que en ese tiempo seguía usando drogas (la verdad no lo recuerdo). Está bonita la foto, ¿verdad? 
Qué curioso. La veo y me causa nostalgia. Te cuento y se me hace un nudo en la garganta. Ojalá te hubiera conocido hace dos años, ojalá. 
Nora ya estaba ahí con nosotros, ¡no nos pudimos deshacer de ella! La verdad, ahí te quería como quiero a todos los hombres que estuvieron, están o estarán en mi vida. Sólo disfruta la pose de primavera, siente el calor y la frescura de mi ser en la fotografía, extraña un poco a esta extraña con esta fotografía... 

Bailando

¿Alguna vez has sentido el ritmo dentro de ti? Sí, ese ritmo tan grande e inmenso que no te cabe en el pecho ni en el alma y menos en el cuerpo... yo hoy me sentí así. Tan inmensamente feliz como un niño con juguete nuevo. El ritmo salió incontrolable de mi cuerpo al escuchar esa canción triste que me provocó una alegría un tanto macabra.
¿Lo has sentido? Yo lo siento cada que te miro, cada que te beso y siempre que te hablo. No, no es algo extraño, más bien es que te quiero tanto, tanto, que se me sale el ritmo de las manos.
Sí... es eso, el ritmo se me sale por los poros...
La escucho y aún mis dedos siguen bailando al ritmo de la música dolida que me recuerda un poco a ti. Al hallarme sola entre ese mar de gente desconocida y sin rostro alguno, me encierro entre tu recuerdo y yo, la melodía triste y mi felicidad extraña, no importa lo demás sólo el ritmo... bailo y bailo...
Más bien sólo bailan mis dedos al compás de la música porque haces falta tú para completar el cuadro, sentir tu cercanía haría calmar la ansiedad de mi alma y regularizar mi ritmo cardíaco...
¿Lo has sentido? ¿Has escuchado cómo late el corazón cada que te ve? Cada que te miro a lo lejos mi corazón empieza a latir aceleradamente y yo siento que lo escuchas porque yo lo escucho tan nítido como tu voz a distancia.
Es como una especie de descontrol, de locura, escucho mi corazón latir cada que te mira y se quiebra como cristal al no verte, ¿has sentido alguna vez los latidos? No puedes percibirlos, no eres tan experto...
A pesar de los latidos y el ritmo en mi alma, mis dedos bailando -imaginando que somos tú y yo-, me encuentro bailando sola entre gente borrosa, clara ante tu presencia. De nada me sirve el ritmo si estoy sola, sin ti: estoy bailando sola.

Ventana sobre el miedo

El hambre desayuna miedo. El miedo al silencio aturde las calles. El miedo amenaza:
Si usted ama, tendrá sida.
Si fuma, tendrá cáncer.
Si respira, tendrá contaminación.
Si bebe, tendrá accidentes.
Si come, tendrá colesterol.
Si habla, tendrá desempleo.
Si camina, tendrá violencia.
Si piensa, tendrá angustia.
Si duda, tendrá locura.
Si siente, tendrá soledad

Eduardo Galeano, Las palabras andantes.