viernes, 31 de marzo de 2017

Masculina ¿yo?

Ayer en la comida de Antuan, entre las charlas random, Édgar me dijo que pensó que era lesbiana porque me veo masculina. Me extrañó, debo admitirlo; nunca me he vestido ni luzco como la mujer más femenina y dulce del mundo, pero tampoco me he sentido masculina.

Le respondí que supongo es porque soy ruda más que masculina y también que no me quedo callada ante nada.

Respecto a eso, me quedé pensando que usualmente a las mujeres fuertes, con carreras exitosas o "empoderadas" (me hace ruido esa palabra) se les masculiniza o se les atribuyen actitudes, ademanes o rasgos masculinos porque socialmente una mujer debe ser delicada, dulce, tierna y dependiente; entonces cuando hay quienes rompen (o rompemos) con el esquema, ¿qué pasa?, pos seguro es medio machín porque una damita no es así, ¡cómo! Oooooooso.

Equis con esta reflexión, pero sí me ardió...


jueves, 30 de marzo de 2017

Festejo atascado de alitas

Ya empezaré a hablarles de las banalidades de mi vida. ¡Oh, sí!, que si hice esto o aquello, que si comí o allá o que me quiero pinches quejar de lo que sea también, ya debo retomar el rumbo de este blog y con ello las cosas vaciladoras (que ya no tanto, porque maduro como manzana de huerta) que le dieron vida a este rinconcito de oración y seres de luz descarriados.

Hoy fuimos a celebrar el cumple de Antonio, un diseñador que trabaja ahí en la agencia, a tres computadoras de mí; y nos fuimos a tragar alitas como si no hubiera un mañana. La cosa estuvo más o menos así:

- Nos fuimos lo más pronto posible de la agencia para alcanzar lugar y llegar -también- lo más pronto posible a nuestro rinconcito de trabajo.
- Armamos equipos. Sí, leyó bien, estimado lector, ¡equipos para pedir y comer alitas!
- Ahí, sólo ahí me di cuenta que somos un chingo, tipo unas 30 o 35 personas en esta bonita cuenta.



Bueno, mi equipo fue Brandon, Diego, Carlos y Mariana. Fuimos la escuadra ganadora porque no dejamos ni UNA alita viva y pedimos variadas para probar el mayor número de sabores posibles sin que fueran tan picosas porque #Gastritis y #LaEdad (#TíaCuervo).

También brindamos por Antonio, se la pasó bien y bonito, estuvieron hablando del prefestejo de mañana, que, al parecer, será en Zona Rosa porque la cerveza está bara-bara-barata.

El bebé suave, como le dice Aura, cumplirá años el sábado 1 de abril, pero como nos gusta la fiesta, la bebedera y la tragadera pos lo hicimos desde hoy jojojojo...

¡¡Feliz vuelta al sol, Antuancito, bebé soft!!


miércoles, 22 de marzo de 2017

¿Vacaciones? ¡Ja!

Como anuncié hace poco, me mudé con Alonso y ha sido un relajo porque tengo muchos libros, cómics y, aunque no lo quiera aceptar, ropa y zapatos. 

Afortunadamente, este fin de semana ya trajeron el clóset y dejamos de vivir en el caos, ya todo está organizado y justo mis vacaciones del trabajo han sido para limpiar, organizar y acomodar las cosas. Al menos ya el cuarto quedó bonito, bonito <3. 

Así que mis vacaciones no serán para descansar, más bien las pedí para arreglar las cosillas que aún quedan sueltas, pero ahí va quedando este maravilloso cambio. 

El domingo nos pusimos a brindar y nos empedamos un poquito con pisco sour y licor de ciruela japonesa, estuvo divertido. Brindamos por esta nueva etapa en nuestras vidas. 



Todo ha salido bien hasta el momento y va viento en popa. Hoy vamos a Six, al menos este día sí será de vacaciones :). Ya les contaré… 

martes, 7 de marzo de 2017

Marzo empezó con cambios

Sé que el blog lo he tenido muy abandonado y que el último mes sólo posteé dos entradas (¡DOOOOS!) y que luego me desaparecí horriblemente sin siquiera escribir un "estoy bien, pero en chinga", "se me acaba de ocurrir una idea millonaria" (que sí se me ocurrió, pero ya olvidé) o tan sólo por terapia, por vacilón, por no dejar esto todo desierto y raquítico.

Este mes, inició con un cambio importante y significativo: ya vivo con Alonso. ¡Sí! Aunque pasábamos el fin de semana juntos y cocinábamos, veíamos la TV y nos conocíamos algunas manías y desastres fuertemente arraigados que ambos tenemos, pos no es lo mismo.

Ahora pasamos este fin de semana organizando un par de cosas, fuimos al mercado a comprar lo que se haría de comer en la semana, apenas nos estamos adecuando al cambio. Mi mamá lo tomó bien, aunque sí nos pusimos a llorar la semana pasada porque -siento- la voy a extrañar. Mi papá lo tomó calmado, con más sabiduría (creo), pero también se puso a llorar. Mi papá-papá me deseó lo mejor y que sea muy feliz.

Estoy muy emocionada con este cambio, con este paso que damos Alonso y yo en nuestra relación. Además, ¡los gatitos! Ya tendré a Guantes para consentirlo toda la semana, aunque llora mucho (¿algún día se le quitará? Grandes misterios del tercer milenio).

¡Me encuentro muy feliz con el inicio de esta aventura!