lunes, 28 de enero de 2013

Re

Hola, tiene mucho que no tengo ganas de escribir y es muy curioso que sea a ti a quien deseo escribirle y sólo para decirte: lo siento. No, no es porque me hayas hecho algo malo, sólo es un lo siento por no llegar a tiempo o llegar a tiempo y haber metido la pata o ninguna de las dos. ¿Sabes? Me hubiera encantado conocerte en otra circunstancia, sin haberme acostado con tu primo, así no tendría problema moral contigo. Me pregunto si acaso sabrás lo que pasó entre él y yo...
Ojalá te hubiera conocido antes que a Diego, quizá nos habríamos llevado bien. Eres un buen tipo; pero yo andaba perdida y creo que tú también. ¿Por qué te alejaste? Me hubiera encantado pasar un fin de semana contigo y turisteando como habíamos planeado. ¿Estarás bien? Yo esperaba esa propuesta desde hace tiempo mas debes entender lo mucho que me iba a pesar tener algo contigo a sabiendas que él ya había sido mi amante, no podía con ese peso y debes entenderlo. Fue un gesto de cariño para ambos. Tal vez escribir esta carta sea resultado de mi depresión.
En verdad, me gustaste desde aquella vez. Hablamos de autos, de mecánica; de ti, de mí; de lo que nos gustaba; que no sabías bailar aunque lo hacías bien. Lástima que conocí antes a Diego, que me enredé con él y salí con un ala herida. El culpable fue el tiempo, nuestras historias, nosotros: tú, él y yo...
Te deseo lo mejor, este es el adiós del adiós que no nos dimos por tu huida.


Me pregunto si sabrás lo que pasó entre él y yo... 

miércoles, 2 de enero de 2013

La verdad, ¿por qué?

"-Hermano, sé que eres un hombre recto y que estás orgulloso de eso. Pero plantéate una pregunta: ¿Por qué hay que decir la verdad? ¿Qué es lo que nos ata a ella? ¿Y por qué creemos en realidad que la veracidad es una virtud? Imagínate que te topas con un loco que dice que es un pescado y que todos somos pescados. ¿Vas a discutir con él? ¿Te vas a desnudar de él para enseñarle que no tienes aletas? ¿Le vas a decir a la cara lo que piensas? Dime. -El hermano permaneció en silencio y Eduard continuó-: Si no le dijeses más que la verdad, lo que realmente piensas de él, establecerías un diálogo en serio con un loco y tú mismo te convertirías en un loco. Y así es como funciona el mundo que nos rodea. Si insistiese en decirla la verdad a la cara, eso significaría que me lo tomo en serio. Y tomarse en serio algo tan poco serio significa perder la seriedad. Yo, hermano, tengo que mentir si no quiero tomarme en serio a los locos y convertirme yo mismo en uno de los locos."

Milan Kundera, El libro de los amores ridículos.