Si hago un recuento de todo lo que pasé a lo largo de estos 12 meses podría decir que fue un año, literalmente, con demasiados cambios drásticos: entre enamorarme, lloriquear por el ex, viajar, despidos laborales, quejas porque odio Santa Fe y, ahora, tener una chamba que me gusta, además de mi taller de periodismo y lo que se hizo en Marnuj. Sí, fue un año movido.
Creo que por primera vez me siento bien cómo estoy y dónde estoy: sola. Disfruto de la soledad y ya me harté de darme en la madre tanto que no cambiaría esta tranquilidad que tengo por nada en el mundo. Me he entendido más y eso me agrada.
Por otro lado, me dio mi crisis de "no mames, el cuarto de siglo" (#LugarComún) y es que es neta: ya no es lo mismo decir que tienes 22, 23 o 24, ahora ya sabes que vienen los 26, 27 o los 30… y como me dijo Sara esas crisis pueden justificar locuras como tatuarnos, irnos de viaje o cambiar de look y sí. Ya estaré reportando.
Estoy feliz por estos 25. He logrado grandes cosas y he vivido, bien o mal, como he querido; sí que me he roto la madre y llorado y sufrido y desgarrado las vestiduras, pero… ¿a quién no le pasa? Me llevo bien con mi mamá, tengo libertades, amistades, proyectos y amor. Y como buena mexicana ¡vamos a celebrarlo!
Nos vemos el sábado 15 a las 8:30 en el bar Dos naciones, ubicado en la calle de Bolívar, para bailar y celebrar. Cuidadito y no van, ¿eh? Los espero y ¡salud!
Estas enteando a lo mero bueno, estabilidad, seguridad en ti misma, mas posibilidades de hacer cualquier cosa... Viajes
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