El viaje fue pesadísimo y he vuelto a comprobar que tengo sueño de vagabunda, puedo dormir prácticamente donde sea, como en las butacas del aeropuerto de Lima que estuvieron comodísimas ante mi cansancio crónico.
Al llegar a la ciudad del Cusco ya estaba frita, dormí un rato, me bañé y salimos a comer. Mala idea salir con el cabello mojado a esa hora, hacía un aire espantoso y con la cabellera mojada se sentía peor. Después lo superé.
Cerca de la Plaza Mayor encontramos un restaurante llamado Nuna Raymi donde pedimos unos tequeños de queso con guacamole y estaban ¡DELICIOSOS!, el guacamole con un sabor ácido y sin picante yom yom.
También fui fan de un aperitivo de pan con aceite de oliva, hierbas y sal de mar, puffff creo que a Blanca le habría gustado tanto como a mí. Te dejaba un saborcito muy fino a aceituna y ese sazón típico de la sal de mar.
Al fin probé la alpaca. ¿Veredicto? Sabe a hígado (iugh) aunque con la salsa y las cebollitas fileteadas que tenía el sabor a hígado se disipaba y resaltaba más la jugosidad de la carne.
Otro plato que comí fue cerdo saltado, muy rico y el puré de papa con queso y albahaca fue ooooootro pedo.
De postre pedimos un pay de queso con maracuyá, muy rico y sutil el sabor, la porción fue buena.
¡Probé el té de coca! Y sabe entre té verde y té de cedrón <3 soy fan. La inkakola sabe a Lulú, pero con ligero toque de más pintura… no soy fan pero me gustó.
Sigue informando... paisajes!!!
ResponderEliminarQué chido!! Es uno de los lugares que me gustaría conocer. Postea más fotos del lugar. Abrazo!! :) - Hugo Arce
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