Desde la semana pasada dio inicio mi taller de periodismo
narrativo con Juan Pablo Meneses y estoy muy emocionada. Nunca había tomado un
taller online, esta es la primera vez que me aviento a hacerlo, además me
pareció atractivo por el temario, quién lo impartía y que podíamos hacer a
distancia entre personas interesadas en el periodismo narrativo desde cualquier
parte del planeta.
Ya tuvimos nuestra primera tarea que consistía en hacer un
autorretrato para que JP evaluara que redactábamos bien y sin faltas de
ortografía, la primera prueba fue superada. *wiii*
Ayer fue nuestro primer encuentro en el chat, aunque nos
conectamos muy pocos, fue grandioso ver cómo con internet, una computadora y
muchas ganas puedes aprender algo interesante. Pero digamos que eso paso a
segundo plano cuando JP nos dijo que a partir de ahora ya somos corresponsales,
sin importar donde nos encontremos, él iniciará cada charla con las novedades que
hayan ocurrido durante la semana en la ciudad o pueblo donde nos encontremos y,
como ya saben que soy una romántica, sentí bonito y un vuelvo en el corazón
periodístico que tengo.
Así que ahora soy corresponsal, ¡qué bonito! *u*
Y bueno, para esta semana, tengo la tarea de hacer un texto
de máximo 3 mil caracteres donde muestre, desde tercera persona, un espacio
íntimo, el reto es escribir todo con el mayor detalle posible, no sólo decir
que está sino mostrarlo mediante la descripción. Así que este es mi reto
semanal.
Seguramente si el amor fuera tangible sería esto que estoy
viviendo ahora: la pasión del periodismo, esa pasión por volver a escribir y
perseguir mis sueños.
Aaaah, estoy feliz. Yo *corazón* periodismo.
****
Por otro lado, no estoy en la ciudad, me fui a Pueblo-Quieto
con toda la familia al bautizo de mi sobrino y la presentación de mi sobrina-ahijada,
se verá hermosa, eso es lo bueno.
Lo malo es que no hay internet y muy poca recepción telefónica,
pero bueeeno, aguantaré firme y estoica.
Lo peor es que ni siquiera puedo beber.
Habrá tela de dónde cortar, quizá sí o quizá no. Ya les
contaré el chisme. Me voy a donde no hay civilización, ya me voy pa’l pueblo (bueno para cuando salga esto publicado ya
estaré en el pueblo donde todo es desierto y dunas sin tecnología. Sí, el post
lo escribí ayer, wooow viajamos en el tiempo gracias a las herramientas de
Google), adiós, adiós.
Mñe.
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