Para curar un corazón roto se necesita de paciencia, tiempo
y soledad. Un poco de poesía también ayuda. Aunque la mejor terapia es llorar.
Pero llorar no es tan sencillo es un arte: primero se debe dejar fluir el
sentimiento que nace del centro del cuerpo, le llamaremos estómago;
posteriormente subirá y se convierte en un (famoso) nudo en la garganta. Éste
se transformará, si se le permite, en un dolorcito y picazón en la nariz (que
ocasionará un ligero sonrojo) y saldrá en forma de gota de agua salada o mejor
conocida como lágrima. Los motivos para llorar como curación son diversas,
llorar por todo lo ocurrido y por nada, por lo que no volverá a pasar. Días
después la poesía, la lectura y un tabaco ayudan a amainar la locura y enterrar
los sueños rotos.
En este punto se deben escuchar canciones que alegren el
corazón para secarle el llanto cantándole melodías sinceras y amistosas que
permitan recordar lo maravilloso que es vivir una historia de amor y el placer
de haberlo conocido.
Texto que escribí para el concurso "Instrucciones para..." de El Péndulo.
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