Me preguntó que si consumía chocolates y de todas las marcas sólo una no he probado Ritter noséqué. Ya me había hartado con tanta pregunta y le dije que si le faltaba mucho porque debía regresar a trabajar…
Terminamos, me pidió mis datos y me hizo firmar una carta sobre el uso de mis datos personales porque me iban a llamar para cerciorarse que sí me habían dado el chocolate y que sí era yo la que contestó la encuesta.
¿Cómo? ¿Me darán un chocolate? me brillaron los ojos. Así que me dieron mi tableta de chocolate con caramelo y sal de mar. Nos agradecimos las atenciones y huí.
Chale, le di un nombre que no es el mío y un celular que tampoco es el mío, fue mío; pero ya no. Me sentí mal… el chocolate estaba muy rico, eso sí.
***
Hoy es el brindis del periódico, al rato más noticias sobre este acontecimiento navideño.
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