Ayer fue el mero mero estresante. "La Chiquita", la perrita de la calle que alimentamos y dejamos dormir en la casa junto con otros dos perritos, tuvo a sus cachorros en la mañana. Estaban en una jardinera y pues sí estaban protegidos de los intrusos pero muy expuestos al frío, entonces fue toda una odisea sacarla de ahí por las ramas y lo complicado para pasar.
En la tarde con ayuda pude sacarlos de ahí, ponerlos en una caja con cobijas, periódico y botellas de agua caliente envueltas en otras cobijas. Desafortunadamente, murieron dos perritas y una sobrevivió. Aún estamos en cuidados y revisión.
Por la noche, fui a la marcha con Arafat y sus amigos. Todo muy pacífico y sin percances. Debo admitir que no hubo vez en que al contar a los 43 no se me pusiera la piel chinita y sintiera indignación… hasta que quemaron la puerta del Palacio Nacional.
Hoy. Hoy fue toda una odisea entre ver que la perrita tenía atorado otro perro y no me di cuenta, nació muerto, limpiarle, darle de comer e ir al mercado, comer con mis papás, convivir e ir a comprar unas cosas importantísimas y ¡mi lap! Al fin compré mi lap. Me desocupé a tiempo y zham vi a Sergio. Tarde amena y divertida. Un joven con buen sentido del humor. No hay quejas.
Mañana, será un buen día y de cambios.
Esta semana es mi cumpleaños, el jueves, así que espero felicitaciones y pronto-pronto la invitación pa que le caigan al bailongo el sábado, hagan lugar en su agenda, chavos.
A ver qué pasa, ya les contaré…
No hay comentarios:
Publicar un comentario