La verdad es que ayer andaban bien chairos con sus
comentarios en Facebook e igual yo andaba bien chaira de mis publicaciones. Y
hoy igual andan de intensos, pero no dejaré que eso nuble mi maravillosa
felicidad de que no me voy a Campeche *salta de felicidad*.
¿Por qué eso me hace feliz? Por simples y sencillas razones:
no tolero el calor, me provoca dolor de cabeza, me pone de malas y hace que me
menstrúe la nariz (sí, porque no para la
hemorragia hasta que me hago un menjurje con alcohol), además me molesta
mucho andar como espagueti chino toda escurrida de tanto sudor y ni disfrutas
chido. Y según lo que me dicen la pisteada se acaba a las 10, después de esa
hora sólo en antros, y no me gustan, y, para pronto, tampoco te puedes empedar
porque lo que bebes lo sudas (¿así cómo
quieren que pueda trabajar y soportar la carga? No manchen). Así no juego.
Y mi cabello es una esponjita que absorbe toda la humedad y andaría con mis pelitos como chayote (jajaja sería muy divertido tener una foto así) ni poniéndome todos los kilos de cera me quedaría chido el peinado de señora moderssna. También eso de trabajar con dolor de cabeza permanente no me agrada y menos viajar con Miranda. ¡Qué tal que me dice algo por mis tatuajes sensuales! No, no, no y más no. Ella no es chaira porque no tiene bagaje, ella es histérica.
Mejor en otro momento con más calmita yo me largo a
Campeche. O Ensenada que es mi sueño dorado de playa *ojitos de corazón*.
Y lo peor, peor de todo es que los voy a abandonar y no les
platicaré nada. No habrá internet, pero sí mosquitos. No habrá Facebook, pero
sí calor. No habrá Twitter, pero sí humedad. No habrá blog, pero sí sudor a
chorros. Habrá, seguramente, conexión a Internet en el hotel, pero no quiero
pagarlo porque me saldrá en una millonada y soy una asalariada con muchas
deudas.
De trabajar en la comodidad de mi oficina Godín en Santa Fe con
aire acondicionado a estar en el calor de una habitación compartida, prefiero
la oficina aunque me queje cada 5 minutos de Manatí, o blasfeme el caos de la
ciudad. ¡No-me-importa-naaaada!
Me quedo en la Ciudad, sí señor, qué feliz soy.
Super Métsicodeefe, para mi también es una relación de amor masoquista. Me agarra a cachetadas cuando quiere (e.g. su tráfico, hurtos y gente histérica), pero me digo que lo hace "porque me quiere".
ResponderEliminarDe que nos quiere, nos quiere.
EliminarCómo no.
:D