lunes, 15 de septiembre de 2014

Pobre Kundera


Qué mala suerte ha tenido el libro de La inmortalidad de Milan Kundera, ¡malísima! Ayer con el mojadón que me dí después del partido de Pumas-Tigres antes de llegar a mi casa, el pobre libro se mojó desde arriba hasta la mitad del libro y hoy-hoy en la mañana se llenó la cuarta de forros de "juguito" de la ensalada de atún que traje para comer en la oficina.

Una tragedia godín. ¡Terrible!

Ahora mi lugar huele a pescado y mi mochila, donde me iba a llevar mi ropa para irme a Zumpango con mi familia, valió madres y apesta -literalmente apesta- a pescado-atún y mayonesa.

Le ha ido mal a ese libro, qué gacho y yo que los cuido tanto, chale. Y mi dolor de cabeza no cede, no cesa, no se va.

Moriré de migraña, aunque investigando en Google dice que la migraña se puede deber a varias cosas, pero yo se la atribuyo a lo más infernal y malévolo del mundo mundial: las hormonas *chachacháaaaaan*. A las mujeres siempre nos joden con dolor de cabeza, mal humor, dolor-más dolor, cólicos, náuseas, incapacidad para salir/comer/ver al novio y esas cosas y mitos que todos conocemos.

Ya no sé qué me duele más si mi tragedia con el libro de Kundera o mis dolores de cabeza marca "Acme".

Veré porno pa' que se me quite el dolor y qué y qué ustedes también lo hacen, no sean mochos como el ex.

*Actualización*

El libro no huele nada feo, fue la mejor opción dejarlo oreando toda la noche. ¡Ah, soy feliz!

1 comentario:

  1. "Juguito"? jajaja, no quiero ni imaginarme a que huele ese libro.

    K

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