jueves, 20 de marzo de 2014

Esa espiral caótica (y lejana)

Hoy que platicaba con una amiga, salió a colación una película magnífica de terror que salió hace unos meses y recordé con quien fui a verla al cine, lo cual me provocó un flashazo de mi yo de hace seis meses y lo sentí tan lejano, tan caótico, tan melancólico y sumamente alejado de mi yo de ahora que se encuentra feliz, pleno, seguro, amoroso. Ya no me siento un espejismo. 

Recordarme en esos 3 meses me resulta una parte un tanto obscura de mi pasado reciente y, sin embargo, la tengo muy presente no porque me guste flagelarme sino porque es parte de mí y mi aprendizaje. Mi decisión me ha llevado a donde estoy ahora, donde soy y estoy feliz con lo que tengo. 

Debo admitirlo, me fascina cómo me siento ahora, lo que estoy viviendo y cómo lo vivo. Y, por supuesto, con quien lo vivo. Mis sonrisas, mis risas, mis deseos, mis decisiones y cada cosa en mi existencia de ahora se basan en el amor, el cariño, la comprensión, la humanidad, la felicidad y la responsabilidad de/para/en mis actos. 

Me di cuenta que esa chica que estaba cayendo en una espiral caótica, sin sentido, sin dirección la siento tan lejana, tan apartada de mí. Creo que he sanado poco a poco las heridas que yo me hice y que dejé que me hicieran, también me he perdonado el daño que pude haber hecho a terceros con mis actos porque la Yo de ahora no comparte las locuras y el sentir de la yo de hace un par de meses. 

Pero algo sí es muy claro para mí: no quiero volver a sentirme dentro de esa espiral, de esa licuadora que sólo me traía caos doloroso a mi vida y, lo más importante, a mi espíritu y mi corazón. Lo tengo claro. 

1 comentario:

  1. El tiempo pasa tan rápido y algunas veces nos mantenemos en esa vorágine sin decidirnos salir de ella.

    ResponderEliminar