***Fue vacilador y muy cansado recorrer Valle de Bravo, pero eso sí gratificante y bastante divertido. Aunque al final llegué con náuseas y mal humor porque ya quería dormir y no podía.
Y ahora les contaré cómo empezó todo:
El recorrido, porque fue un tour, comenzó con la visita a la Cascada Velo de Novia, primero es bajar, bajar hasta la caída, te tomas fotos, pero como sí está medio fresca el agua no te permiten meterte aunque sí sientes el rocío, y en su mirador puedes apreciar una bonita vista de Valle de Bravo.
Lo pesado fue la subida que como no había dormido mucho (casi nada) pues me cansé a mitad de camino y estaba sacando el bofe.
Comimos unas quesadillas y tomé un delicioso café de olla. Justo, una de las cosas que más amo en el mundo es el café de olla de pueblo, una lo puede preparar en su casa pero no te sabe ni te sale igual, como que algo cambia, no fue el mejor. Los mejores hongos que he probado en mi vida y en una quesadilla han sido ahí, justo en Avándaro en las instalaciones de la Cascada y... por muy increíble que parezca habían maquinitas ¡MAQUINITAS! ¡Y CON CRASH! Cuánto amaba a Crash, ¿ustedes no? (
#TíaCuervo).
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Niños jugando maquinitas con crash y toda la cosa. |
Continuamos el camino hacia Valle de Bravo. La guía nos explicó que habían dos opciones: nos dejaba libres cual becerros en el monte o nos trepábamos todos al recorrido en barco y luego de ahí seríamos libres hasta las 4 de la tarde; unánimemente fue el segundo plan.
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Vista desde el bote-barco |
Desde Puerto Vallarta odié los recorridos en barco o yate o barco pesquero, o sea no toleraba en lo absoluto alguno que no fuera en la tierra porque aquella vez fueron las peores cuatro horas de mi vida donde casi se me salía el corazón y las entrañas, pero impulsada por la cosquillita me trepé... lo peor que podía pasar es que no saliera del baño durante una hora y al final besara la tierra.
Nah... no pasó nada de eso, al contrario la pasé muy bien (
también porque medio me empedé para aguantar el mareo) y comí el mejor ceviche de jaiba que haya probado-EN-MI-VIDA, en verdad delicioso. Y las micheladas con clamato yom yom...y los camarones a la diabla estaban muy aceptables y a buen precio.
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Roca, que ya no recuerdo por qué le tomé foto... |
Cuando bajamos de ahí, ahora sí nos dirigimos a la libertad absoluta. Fuimos al Museo donde te explican las culturas, clima, orígenes de Valle de Bravo y hasta los grupos indígenas que viven ahí. El lugar es muy chiquito, pero no por eso desagradable.
A unos pasos se encuentra la Iglesia del Cristo Negro, creo que es una iglesia de estilo barroco, nomás a ojo de buen (mala) cubero. Nunca me han gustado las iglesias porque tienen imágenes y bultos que me provocan cierto repelús y miedo, así que mmmño, salí rápido de ahí... luego de quedarme dormida un ratito jojojo.
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El interior de la iglesia, casi vacía. |
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Así luce la fachada, ¿sí es barroco? |
Y como queríamos comer (
es que fui con mi novio, por eso habló en plural), preguntamos por el Mercado de Comida, nos mandaron a darle toooooooooooda la vuelta al pueblo, encontré cosas vaciladoras (
a continuación las fotos), unos canastos, dulces, paletas, fruta y demás pero nos tardamos hoooooras en encontrar el dichoso mercado, el cual hubiéramos encontrado más fácil sin tanta vuelta y sin cansancio si hubiéramos tomado el camino cerca del embarcadero. PUAJ.
Cuando al fin lo encontramos, comimos la comida más sustanciosa y a buen precio, JUSTA, en la vida. Dimos semejante tragada ese día y para rematar una paleta de hielo por aquello de la calorssss y la digestión. Y me compré unas blusitas de lana, hechas a mano, muuuy baratas y calientitas.
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Cecina con ensalada, arroz, frijoles y tortillas. Todo muy rico. No me lo terminé. |
Nuestro camión partió rumbo a la Casa de Oración Maranatha, que significa "Ven, señor", un lugar quieto, tranquilo, limpio y en paz. Algunos lugares silenciosos me dan un poco de terror, pero éste justo te provocaba paz y armonía. Hubo un cuartito donde te pedían guardar absoluto silencio y quitarte los zapatos antes de entrar. Muy bonito el sitio.
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Una de las fuentes de la casa de oración |
Hicimos unas compras, un rompope y galletas, y ya regresamos al DF. Cansados, quemados, indigestos, pero harto contentos.
Deberían ir si no han ido y si ya fueron vuelvan a ir, a mí me encantó. Espero ir pronto a ver mariposas monarcas <3
COSAS VACILADORAS
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Carita feliz al interior de la casa de oración |
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Pez ardilla |
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No todos quieren a Peña y lo expresan. Algo curioso fue en el mercado donde vi dos altares del alcalde con Peña, ¡altares! con veladoras y toda la cosa. |
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El grito D: |
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