Mira, soy una persona que difícilmente se abre y deja entrar en su vida a alguien, enteramente, que conozca mis miedos, mis anhelos, mis traumas, mis sueños, lo mejor y lo peor de mí...
y lo dejé entrar, así: sin filtros, sin miramientos
entregué muchas cosas que no dí antes, dije palabras que nunca antes dije y también me quedé con muchas palabras atoradas en el cogote y eso también duele.
Tuve muchos planes en la cabeza que se fueron al traste.
Duele.
Entregué todo a cambio de nada, de nada y eso me enoja mucho más conmigo que con él porque por pendeja me dejé ir como gorda en tobogán cuando sabía que abajo habían escombros y ruinas, era segurísimo que me iba a dar to-di-ti-ta la madre.
y quiero volver a llenar las arcas, volver a encontrarme, reinventarme, saber quién soy, que cuando me vea al espejo con mis labios rojos sonría y diga: sí, eres tú y te ves hermosa.
Que YO me sienta hermosa sin que nadie me lo diga.
Y cuando estoy así soy un caos a la hora de amar.
Hay días en los que me dan ganas de darme un tiro mental y no pensar nada, abrazarme a mi almohada hecha bolita en mi cama y despertar al día siguiente sin ningún peso en mis hombros.
A veces pasa y otras no...
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