martes, 4 de noviembre de 2014

Alguna vez, quise ser perfecta



Hace poco me acordé cuando fui a comprarme un vestido para la boda de mi mamá y me solté a llorar porque varios vestidos no me cerraban o me hacían ver como jamón mal envuelto, pero uno me hizo sentir terrible porque no lo llenaba de los senos, no le lucía nada y se me veía muy bonito. Lo único humano que hice en ese momento, encerrada en el probador, fue: llorar hasta enojarme con mi genética.

Rufunfuñé en ese momento que no fuera rica para correr a ponerme unos implantes 36B y una liposucción hasta que me quedara una cintura digna de Miss Universo. Me maldije a mí misma por no hacer el suficiente ejercicio (cuando en aquel entonces yo nadaba diario en el equipo de natación de la Prepa 8), por comer dulces o comerme esos tacos de mixiote o las fresas con crema que todos los martes mi novio y yo compartíamos. Me odié durante días, semanas y años.

En ese entonces me depilaba los cuatro pelos que tengo en las piernas porque ni vellos tengo. Mi cabello era sagrado porque CÓMO una mujer podía ser FEMENINA sin su cabello, si el cabello hace a la mujer (jaaa). Mi figura era un problema y mi seguridad era tan frágil como el papiro al agua. Nunca creí que fuera suficiente bajar 10 kilos o 15 o 20 o dejar de comer durante días. Yo quería ser pechugona y delgadita, con piernas delgadas y brazos delgados, con una nariz más finita, quería ser como esas chicas de revistas...

Nunca lo fui, es un hecho.

Y me siento feliz. La felicidad ni el bienestar te los dan unos implantes, ni una liposucción ni comer menos ni ejercitarte de más ni la nariz fina ni la sonrisa plástica de una chica photoshoppeada de revista. La felicidad viene de otro lado y es menos complicada de lo que creemos. A veces paso semanas sin depilarme las axilas porque me da flojera y no pretendo irritarme de más. No me quito el bigote ni tolero quitarme las cejas, me duele mucho. No me rasuro las piernas cuando uso vestidos y mis vellos en los brazos son la onda.

Y qué ganas de joder a una, de hacerla perfecta. ¿Ya se vieron en el espejo? Los invito a que acepten sus defectos y ps... dejen de molestar a las demás.

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