Hoy vi a Grumpy y, pese a lo que él diga, fue maravilloso pues ya lo extrañaba mucho, aun con sus agriedades, comentarios atinados y regaños merecidos. Y platicar con él después de largo tiempo me hizo bien y me puso feliz y con buena vibra y actitud y siempre me ayuda a aclarar mis ideas. (Puntos para Griffindor).
Hablamos de proyectos, los pedos que hemos tenido ambos en estas semanas sin vernos, lo invité a colaborar en algo que quiero hacer; pero como soy muy torpe para esas cosas ps le dije a él porque sí le sabe a eso que quiero hacer y me dijo que sí (pronto les cuento), bebimos café y tuvimos una larga charla: lágrimas y risas.
Creo que me llevo tan bien con él porque no hace falta explicarle tanto cómo tratarme, entenderme y comunicarnos. Es como mi hermano y confidente y regañador oficial de mi caótica vida.
Fue una bonita noche, aunque me duela la panza por la lactosa y mi pendejismo por pedir leche entera. Mueeeero.
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Estoy en una disyuntiva llena de salsa, fiesta y diversión o una noche de salvaje y furibundo sueño profundo. Oh, no sé qué hacer. Oh, qué confusión. Confuso, confuso.
Gran problema.
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