Ayer precisamente tuve una discusión con un amigo por algo –que
un principio parecía una tontería– que poco a poco se empezó a hacer más grande
hasta que de una simple observación, pasamos a las quejas, a las molestias, al
enojo y, en mi caso, al llanto.
Cabe mencionar que la discusión fue por Whatsapp (pinches
tecnologías, lo sé), no suelo hacerlo porque no me gusta, nunca me ha gustado;
pero por ahí inició la conversación y por ese mismo medio también terminó sin
más remedio. En su momento quise mandar un mensaje de voz sin embargo como
tenía la voz entrecortada por el llanto deseché la idea.
Terminada la “charla”, me vi sumamente tentada a publicar
algo referente en Facebook y me detuve, pensé: “¿por qué diablos lo tengo que
publicar?, ¿a quién coños le interesa mi vida privada?, ¿quién lo va a
entender?, ¿no necesito conmiseración de nadie si no es mi amigo?, ¿es tan
indispensable publicar TODA mi vida en una red social?”.
La verdad es que no, a muchos de nuestros contactos no les
interesa nuestra vida privada, es más creo que a nadie le interesa cada cosa
que hacemos: si vamos al baño, si estamos felices, tristes, hambrientos,
sedientos, aburridos, somnolientos y un largo etcétera que nos llena nuestro
muro de basura y hueva en Facebook o en Twitter.
De pronto tomé consciencia de lo atroz que es estar
compartiendo cada paso de nuestras vidas en las redes sociales. No entendemos
(o no queremos entender) que a veces cuando la otra persona lee lo que pusimos
inmediatamente se puede ofender y hacer el problema más grande. Yo me detuve. Bien
pude hacerlo y sin pedos; pero… ¿y luego?, mi intención no era la de ofender o
hacer enojar más a la otra persona…
Ahora entiendo por qué Facebook arruina las relaciones. No, en
sí no es por el caralibro sino por
nuestra falta de ética como usuarios de internet, de ese afán por publicar
absolutamente todo lo que hacemos a lo largo del día y con quién lo hacemos, la
felicidad que nos produce, la fatiga de trabajar en nuestros horrendos
trabajos, mentar madres disimuladamente a un/a amigo/amiga, lanzarle una
indirecta al/la pretendiente en turno, o bien, hacerle extensiva una
notificación de enojo porque el novio/la novia no hicieron tal o cual cosa por
nosotros.
¡Qué chido que yo me detuve! Si no lo hubiera hecho, mi problema
se habría hecho más grande de lo que ya es y aún tengo la (maldita)
incertidumbre.
Así que aguas con lo que publican/publicamos en cualquier
red social y más cuando ya somos personas “de bien”, profesionistas pues, uno
debe cuidar un poquito más la imagen.
Siento que le faltó un poco, esperaba leer algo de la razón por la cual hiciste esto, aunque fuera a manera de ejemplo, no directamente lo que te pasó,y no por morbo o metiche sino para saber qué graves son las cosas, pero en general tienes mucha razón a veces publicamos cosas sin pensar, aunque el muro es personal y a quien no le guste lo que pones pues que no le dé like.
ResponderEliminarAsí pasa con la tecnología... https://www.facebook.com/photo.php?v=691770520882839&set=vb.165754823484414&type=2&theater
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